martes, 29 de enero de 2013

¡Mis papás!

Queridos y queridas, tengo un emocionante comunicado: ha acabado mi periodo de orfandad.

Para los que no lo sepáis, mi hermana y su familia están viviendo en Bolivia desde febrero del año pasado -Guau. Cómo pasa el tiempo-, en un proyecto de cooperación del que ya os hablaré mucho más largo y tendido -Preparaos para la invasión bolivariana este verano...- y mis papás han ido a visitarles. Han pasado allí casi todo diciembre (sí, las Navidades también. Pero tranquilos, tengo más familia, no he estado sola) y han vuelto hoy. ¡Wiii!

Esto se traduce, entre otras muchas cosas, en que durante casi dos meses he vivido yo zolita. Me he hecho la comida, he puesto lavadoras, he hecho la compra, me he llevado a todos los sitios a los que tenía que ir, ¡hasta he pedido cita para el médico! Me he convertido en una niña grande. Ha sido emocionante, no lo negaré, y aunque por la bendita UAM y sus exámenes el 9 DE ENERO no lo he aprovechado como todo espectador de American Pie esperaría, lo cierto es que me ha gustado tener que sacarme las castañas del fuego. Ha sido una experiencia interesante, creo que tanto para mí como para mis padres. Mi mamá está muy acostumbrada a hacerme la vida más fácil, debo corregir ese horrible hábito cuanto antes. Porque, esto es así, a partir de una edad son los hijos los que empiezan a educar a los padres.

Dicho esto, lo cierto es que sólo la magistral Jenna Marbles  podría resumir mi experiencia.



(si pilotáis un poquito en inglés, os la recomiendo muy mucho. Si no, buscad un poco, porque hay gente que ha subtitulado algunos. Hilarious)

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