domingo, 26 de febrero de 2012

Pero dos no es igual que uno más uno.

Ni uno más uno son siete.

Las matemáticas fallan constantemente, por esta maldita subjetividad que la vida se empeña en tener.

Me contaron una vez que, bajo el caos aparente que domina el mundo, subyace un orden matemático perfecto. Pues vale. Que venga el orden. Porque como se me salga una sola cosa más de su sitio, un pequeño y diminuto detalle más donde no debería estar, es muy probable que mate a alguien.

Quien avisa no es traidor.

martes, 21 de febrero de 2012

Hermana

Nunca te he dicho cuánto llego a añorarte,
porque me falta la voz, las palabras no bastan.
Muy bien, vete, vive tu maldito destino,
entrégate a quienes no te merecen
hasta que de ti no quede más que nada.
Pero recuerda, hermana, que te espero;
que un día, recuerda, prometiste volver a casa.
Sé que no te alcanza mi voz cansada,
que nos falla la distancia,
pero aun así te hablo, te mando mis ganas,
no se te ocurra desfallecer y volver agotada.
Vuelve llena de ilusión y fuerza,
como te fuiste. Vuelve plena de vida,
Laura.

jueves, 9 de febrero de 2012

Ojalá me hubiera dado cuenta antes.

No siempre lo urgente es lo importante.

Pero a veces la vida te pone las prioridades en su sitio. Estoy de acuerdo, hay que hacer las cosas urgentes. Hay que hacerlas rápido y, a ser posible, bien.

Pero las cosas importantes... Las cosas importantes hay que mimarlas, hay que saborearlas, hay que agradecerlas. Las cosas importantes vienen con papel de regalo y hay que desenvolverlas despacio, darte cabal cuenta de que estás recibiendo un regalo.

Estoy recibiendo un montón de regalos y mimos de la vida últimamente. Que lo sepáis.