sábado, 29 de noviembre de 2014

Cosas que desearía haber aprendido antes

Que a veces, ante ciertas situaciones, no vale la pena hacer otra cosa que reírse.

Que hay que cantar canciones del verano cuando esté nublado.

Que hay personas por las que vale la pena llorar, y personas por las que no. Y personas que serán ambas al mismo tiempo.

Que reclamar cosas necesarias para tu salud mental, física o emocional no es egoísta. 

Que  el chocolate es imprescindible, pero puedes vivir sin él.

Que los vestidos y el pintalabios rojo no definen quién eres, solo cómo te vistes.

Que parar un minuto y respirar hondo cuando no tienes tiempo, no te hace perderlo sino ganarlo.

Que ser feminista no es actuar como un chico, sino actuar como te dé la gana, cogiendo lo mejor de ambos estereotipos. Que esa actitud de "yo no soy como las demás chicas" es de hecho más machista que otra cosa.

Que  ser escritor no consiste solo en escribir.

Que los números son solo números, pero las letras también son solo letras.

Que hay más formas de enamorarse de las que podrías imaginarte.

Que nunca vas a conocerte a ti mismo completamente, pero el descubrimiento siempre será emocionante.

Que el modo aleatorio es la mejor manera de descubrir qué música necesitas hoy.

Que en el Carpe Diem es tan o más importante la parte de Carpe como la de Diem.

Que todo esto no lo podías haber aprendido antes, porque lo importante no ha sido que llegases sino cómo has llegado. Que crecer y aprender es un viaje y, aunque puedes ir acompañada, nadie va a caminar por ti. Por gracia o por desgracia, nadie aprende en cabeza ajena. Y, sobre todo, que estas son solo algunas cosas, pero que seguirás aprendiendo. Y siempre desearás que alguien te lo hubiese dicho antes, aunque por supuesto no habrías escuchado.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Enamórate

La gente te ha advertido que no te enamores. No les hagas caso. Enamórate, absoluta, arrebatadora, catastróficamente. Enamórate como si nunca te hubiesen hecho daño, como si no fuese peligroso. Deja que te rapten sus ojos, que te destroce su sonrisa, que una canción te ponga alas de cera. Arriésgate a volar tan cerca del sol que te precipites al abismo. Desafía a los dioses. Conviértete en uno de ellos.

Enamórate, no lo dudes. Quédate sin aire en los pulmones y sin sueño en las pestañas. Llénate las manos de su nada. Tampoco tú tienes mucho que ofrecerle, pero vacíate en sus dedos. Disfruta de ser mirada como la primera mujer que holló la tierra.

Enamórate, lo digo en serio. No permitas que el miedo te paralice, nunca vale la pena. Cómele la boca como si se os fuesen a acabar los besos, enrédate en su espalda, consumíos en el mismo fuego.

Enamórate y dale el poder de hacerte invisible solo con no mirarte. Confía en que no lo hará, pero no te arrepientas cuando pase. Enamórate y deja que su huracán te lleve por los aires. Enamórate sin fisuras y deja que sea él quien te rompa. Hazte entera de lágrimas, pero no llores por él. Desgárrate por dentro y por fuera, no recojas las esquirlas, deja que se esparzan por el suelo y, de rodillas, míralas brillar.

Ahora que ya no te mira, puedes ser humana de nuevo.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Con algo de perspectiva

"Echo de menos el instituto. Hace unos años éramos más felices. Yo cada vez me siento más sola en general, por eso echo de menos el bachillerato. Ahí yo era feliz, la verdad. Me acuerdo de pensar y decirme a mí misma 'no cambiaría nada de mi vida'. Era feliz, tal cual".

A veces, oigo estas cosas y me da por pensar que quizá sí es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Que la vida solo va cuesta arriba, que cada vez se hace más difícil. Quizá debería haber disfrutado más de los años previos a Selectividad.

Pero, ¿la verdad? Esos momentos son muy, muy momentáneos. Y afortunadamente muy, muy pasajeros.

¿Todo tiempo pasado fue mejor? ¡Sigo sin creérmelo!

La vida va cuesta arriba, no lo niego. La vida cada vez es más difícil, más compleja y sí, a veces hasta más solitaria. Ya no basta con presentarse día a día al colegio y ver a tus amigas, y hacer los deberes y estudiar el día de antes y ser, en el buen sentido de la palabra, buena. Ahora hay que currar. Hay que estudiar desde el primer día, o desde antes si se puede, aunque qué alegría vivir en estos pronombres. Hay que pasar fines de semana enteros sola, para a la semana siguiente tener tres días seguidos de fiesta. Hay que tomar decisiones difíciles, decisiones dolorosas, decisiones que no por ser correctas van a ser lo mejor ni para ti, ni para el otro.

La vida cada vez es más difícil, cómo negarlo. Pero también más rica. Somos más mayores. Hemos visto más cosas. Hemos viajado más lejos. El año pasado estuve en la ciudad más alta del mundo, ¿quién dice que un día no mandaré postales desde Saturno? Han pasado los años y sabemos más cosas, de nosotras mismas y del mundo de ahí fuera. Por eso todo parece más complicado. En realidad, es solo el presente.

El pasado nos parece más fácil porque ya lo hemos superado. Este reto lo tenemos todavía entre las manos. Pero, qué queréis que os diga, es apasionante.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Breve nota informativa

Emerjo rápidamente desde el dolor y la inflamación (nunca os quitéis quirúrgicamente dos muelas del juicio, madrecita qué días más malos he pasado...) para comentar que, por si alguno no se ha dado cuenta, he hecho algunos cambios en la barra lateral. No son grandes, pero os lo voy a contar anyway porque me apetece. Y yastá.

Primero, el enlace a Twitter ha cambiado. En un principio abrí una cuenta diferente para este blog, pero me supuso demasiado esfuerzo mantener ambas porque, en fin, soy vaga. Básicamente. Así que os enlazo a mi cuenta personal, que os aconsejo no seguir si no queréis conocerme más de lo que deberíais.

Segundo, el enlace al ciclo Cuéntame un cuento al que, como ya os conté, os invito el 10 de diciembre para verme a mí, y el resto de días para ver a gente mucho más interesante. El miércoles viene Eloy Tizón, mi cuentista español favorito de todos los tiempos y amén. Podréis verme croquetear por toda la Fnac de emoción por volver a verle. 

Y tercero y más importante, en Entradas a domicilio os doy la oportunidad de introducir vuestro correo y recibir un mail cada vez que haya una entrada nueva. Por alguna razón que no comprendo, hay gente que se ha quejado de la regularidad con la que actualizo, así que he pensado que os facilitaría la vida. Y a mí me haría mucha ilusión.

El resto sigue todo igual. No ha sido una entrada muy emocionante, lo sé. Lo siento. La vida me supera. (Gracias, mamá, Tania y las otras dos personas que seguirán visitando este blog) Prometo algún escrito decente para la próxima semana.



PD: También he cambiado mi foto de perfil. Es de Londres. No sé si se nota, pero me gusta Londres. (¿Dos viajes en menos de tres meses? Whaaat?... Sí. Yo. Culpable.)