lunes, 21 de diciembre de 2009

Lo que no te digo... (4.)

Gracias por aguantarme cuando estoy inaguantable.

Gracias por desearme suerte sin pedirlo. Y pidiéndolo. Gracias por regalarme tu suerte.

Gracias por los abrazos que más necesito.



Alégrame el día.

No frunzas el ceño. No te pega estar triste.

Dime que lo voy a conseguir. Que sabes que puedo.


Recuérdame que tengo mucho que dar, aunque me lo quiera quedar para mí.

Grítame cuando quiera estar sorda para el resto del mundo.

Contágiame tu risa, tu llanto, tus palabras y tus silencios. Pégame tu enfermedad maravillosa.


Dímelo todo en un segundo.

Mírame a los ojos cuando te hablo, pero sobre todo cuando no.

No me toques la cara; acuérdate: no me gusta. Aunque a ti te dejo. A veces.


Cuéntame cosas de ti. Me paro a pensarlo, y no sé nada.

Cuéntame cosas de mí. Sabes más de lo que parece.

Cuenta los segundos conmigo, uno con cada latido. Pumpum. Pumpum...





Escucha lo que no puedo decirte, porque estás muy lejos.

Escucha lo que no quiero decirte, porque estás tan cerca...

Lee mis palabras, porque no sabes leer mis labios.

Porque no ves que te lo grito en cada pensamiento, oye mis gritos mudos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

3.

-Dilo.

- ¿Qué?

-Lo que tienes atascado en la garganta. Dilo, o te vas a ahogar.

-Te... Me gustas.

-Ibas a decir te quiero.

-Iba a decir te quiero. Pero no es algo que quiera decir, sin saber que tú vas a decir lo mismo.



-Entonces... dilo.

martes, 8 de diciembre de 2009

Tejedora de ilusiones

"La novela es un proyecto de largo aliento en el cual cuentan sobre todo la resistencia y la disciplina, es como bordar una compleja tapicería con hilos de muchos colores, se trabaja por el revés, pacientemente, puntada a puntada, cuidando los detalles para que no queden nudos visibles, siguiendo un diseño vago que sólo se aprecia al final, cuando se coloca la última hebra y se voltea el tapiz al derecho para ver el dibujo terminado. Con un poco de suerte, el encanto del conjunto disimula los defectos y torpezas de la tarea. En un cuento, en cambio, todo se ve, no debe sobrar o faltar nada, se dispone del espacio justo y de poco tiempo, si se corrige demasiado se pierde esa ráfaga de aire fresco que el lector necesita para echar a volar. Es como lanzar una flecha, se requiere instinto, práctica y precisión de buen arquero, fuerza para disparar, ojo para medir la distancia y velocidad, buena suerte para dar en el blanco. La novela se hace con trabajo, el cuento con inspiración."

Paula, Isabel Allende.



Cuando se me acaba la inspiración y pierdo fuerzas, cuando las palabras no saben a lo que yo quiero y se pierden en el vacío de la inconsistencia... Cuando los relatos no son suficientes, me convierto en tejedora.

Y tejo con los hilos de mis sueños, de mis recuerdos, de tu risa y de tus manos en mi pelo.

Y pienso que, cuando le de la vuelta a este tapiz, veré todos sus defectos. Pero no me importará, porque sabré por qué se han producido, porque son míos.

Qué ganas tengo de empezar a tejer este tapiz...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

2.

Desde entonces sé que estoy haciendo una sinestesia cuando pienso que esta caricia tiene el sabor amargo de una Novena Sinfonía desafinada...



Una frase huérfana a la que le ha nacido un relato. El resto, aquí: www.tallerdeescrituraelhiloazul.blogspot.com