martes, 31 de mayo de 2011

Canción de amor

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!




Que mis apuntes contengan cosas como esta, no tiene precio.

Para todo lo demás, Selectividad.

sábado, 28 de mayo de 2011

Planesplanesplanes


Quiero ir al parque de atracciones, comprarme unos vaqueros y muuuuuchas camisetas de colores, apuntarme a la autoescuela, renovar el carnet joven, ir a la FNAC con mi tarjeta regalo cortesía del colegio Montserrat (lo único bueno que me ha dado últimamente mi amado colegio...) y comprarme el disco nuevo de Extremoduro y unos auriculares, porque los míos ya han muerto definitivamente, hacer una cena de Humanidades, hacer no una ni dos ni tres, sino tres maletas para este verano de locos que me estoy montando, irme un día o dos al campo, mandar la solicitud para una beca guachiquetemueres, tirarme hooooras y horas en la hierba, ir al templo de Debod, que lo tengo muy abandonado, aprender a hacer un smokey, hacerme la manicura francesa, dormir hasta tarde (muy, muy tarde... darle la vuelta al reloj biológico), salir de fiesta tres o cuatro días seguidos, quedar con mis amigosmásamigoscasifamilia, encontrar unas cuñas que no parezcan andamios para repintar la cúpula de la Capilla Sixtina, irme al pueblo con mi hermana y las dos niñas y que todo sea una locura, volver a aprender a andar con sandalias, ir a la piscina y a la playa, ponerme no morena sino negra, ir al cine a ver Piratas del Caribe y Happy thank you more please y Los chicos están bien y Chico y Rita y Pequeñas mentiras sin importancia y Midnight in Paris y quiero que se estrene ya Harry Potter siete y llorar a todo llorar en el cine y...

Dios mío, tengo muchos planes para este verano. Porque va a ser el verano de mi vida, os lo advierto ya.

Pero primero, Selectividad. Céntrate.

Me vuelvo a estudiar.

martes, 24 de mayo de 2011

Días y días.

Hay días que justifican las pellas, el no estudiar, el llegar tarde, el darse prisa. Hay días que lo justifican todo, porque son muy grandes.

Hay días que no deberían ni haber empezado. Días que machacan, que te oprimen la garganta y te dan ganas de llorar, que empiezan fastidiando, siguen fastidiando y que acaban estallándote en la cara, porque esto no hay quien lo arregle.

Si lo sé, hoy no me levanto de la cama.







El lunes cuesta; el martes, imposible sin tu voz.

domingo, 22 de mayo de 2011

Estoy mayor.

Me he dado cuenta de que estoy mayor.

Y no porque en dos semanas haga Selectividad (mami, tengo miedo...).

No porque por primera vez en mi perra vida me interese la política, y me interese mucho.

No porque me esté dando cuenta de todas esas cosas que no me afectan directamente y aun así sé que están mal.

No porque hoy haya ejercido mi derecho al voto por primera vez.

No porque haya hablado (discutido...) de política con mi padre, con mis amigas, con los vecinos y con quien haga falta.

No porque me sienta una parte pequeñita, diminuta y tremendamente inactiva (malditos exámenes ¬¬) de la Spanish Revolution.

Hoy me he dado cuenta de que estoy mayor porque, llevada por las prisas, he cruzado un semáforo en rojo. Y detrás de mí, un niño de unos cinco años que esperaba con su madre ha gritado con toda la potencia de sus pequeños pulmones:

- ¡Haaaala! ¡Esa señora ha cruzado en rojo!

Repetiré la inocente frase, por si no he sido clara:

- ¡Haaaala! ¡Esa señora ha cruzado en rojo!

Una vez más:

- ¡Haaaala! ¡Esa SEÑORA ha cruzado en rojo!


Sí. Efectivamente. Un niño de cinco años me ha llamado señora a mis tiernos dieciochoreciéncumplidos. Y yo, después de esto, no tengo nada que añadir. Me voy a llorar un rato mientras me busco patas de gallo.

Buena jornada electoral a todos.

lunes, 16 de mayo de 2011

3 semanas.

21 días.

504 horas, minuto arriba, minuto abajo.

El seissieteyochodejunio (de tanto decirlo, se ha convertido en una sola palabra) hago Selectividad. Y se acabó. Se acabaron los exámenes, Bachillerato, el instituto, el curso... Todo. Se acaba todo.

Cumplí dieciocho años hace nada, pero no me pareció que me estuviese haciendo especialmente mayor. Pero ahora, cuando me he dado cuenta de que me quedan tres semanas para el abismo, para ese tiempo en el que no seré ni bachiller, ni universitaria, ni preuniversitaria, ni siquiera estudiante (por supuesto, no trabajadora), sólo una ni-ni esperando que la admitan en la Autónoma, me ha entrado vértigo. Un vértigo que te cagas.

Es en ese vértigo cuando me da por revisarme a mí misma. A lo que soy, a lo que hago, a lo que quiero. Vuelve la Medicina, el Periodismo, el Erasmus, Italia, Francia, escribir, los veranos, el rayarse una y otra vez por lo que es, lo que ha sido, lo que será y lo que pudo ser. Inútil, lo sé perfectamente, pero inevitable siendo yo.

Sin embargo, no es tiempo de rayarse. Voy a tomarme una biodramina y a seguir estudiando, que en tres semanas hago Selectividad.

sábado, 14 de mayo de 2011

GIH15: ¿Por qué?

Y es que los niños tienen una edad maravillosa: La edad del Por Qué. A algunos les llega antes y a otros después, pero suele rondar los cuatro años y se caracteriza por el lamentable hecho de que cada acontecimiento en este Universo es susceptible de ser explicado y, por tanto, está perfectamente justificado que preguntes cuantas veces necesarias ¿Por qué?

Y los desgraciados adultos que a tu alrededor se encuentren tienen dos maneras de enfrentarse a tus preguntas.

La primera, tener paciencia e intentar contestarlas.

-Ainara (sobrina de una servidora que se encuentra en tan maravillosa etapa de su desarrollo...), ven aquí.

-¿Por qué?

-Porque no quiero que te acerques a la plancha.

-¿Por qué?

-Porque te puedes hacer daño.

-¿Por qué?

-Porque quema.

-¿Por qué?

-Porque para alisar el pelo tiene que estar caliente.

-¿Por qué?

-... ¬¬

Insisto en que TODAS Y CADA UNA de las cosas que pasan pueden ser explicadas y, por tanto, nunca se llegará a una respuesta satisfactoria que corte el torrente de preguntas (abundantes pero, como habéis visto, poco variadas).

Una vez el pobrecito adulto ha comprobado que no dejan de preguntar, toma la otra opción, la vía "rápida": no contestar. O el porquesí, que lo llamo yo.

-Ainara, ven aquí.

-¿Por qué?

-Porque sí.

-¿Por qué?

-Porque lo digo yo.

-¿Por qué?

-Porque sí.

-¿Por qué?

-... ¬¬

Y no, efectivamente, no se les puede ganar. Sólo esperar con paciencia (y con mucho cariño) a que lleguen a la siguiente etapa de su crecimiento, igualmente maravillosa y exasperante. Pero eso, para otra entrada.


sábado, 7 de mayo de 2011

Anarquía del corazón.

(Artículo de Bárbara Alpuente en su columna Nadie es perfecto).

Hoy voy a entregarme a la anarquía porque es el único orden que mi espíritu tolera. A la anarquía del pensamiento ligero y recién nacido, dispuesto a librarme de la estaca del pensamiento agónico. Engendraré pensamientos sin estrenar que convivirán en armonía con el caos temporal de mi estrecha mente. Hoy voy entregarme a la anarquía del amor, y voy a enamorarme de todo el mundo por un día. Besaré en los párpados a los desconocidos, enredaré mis dedos en nucas anónimas, rozaré sus mejillas con el dorso de la mano y respiraré muy cerca de cuellos escondidos. Hoy voy a entregarme a la anarquía del lenguaje, pronunciando mis palabras favoritas sin una lógica aparente, sólo para disfrutar del sonido que desprenden. Gritaré: “Drástico, histriónico, esdrújula, desasosiego, esculpir, lánguido, beso, mitocondria, cosmogonía, druida, perplejo y edredón”. Hoy me entrego a la anarquía sin molde, del poema sin rima, de sinfonías mudas, del lienzo que te mira y parece dibujarte.

Me entrego a la anarquía de estar viva, muriendo un poquito en cada respiración para resucitar con los pulmones llenos de posibilidades intactas. A la anarquía de mi cuerpo, sometido a un orden impuesto con el que no siempre comulga. Me detendré a escuchar mis huesos y el rumor de mi océano interior al borde del tsunami. Me entrego a la anarquía del latido planetario, sucumbiendo a una arritmia universal. La anarquía del tiempo, poniendo a cero los relojes de la historia y cruzando fronteras invisibles de minutos rendidos. La anarquía del espacio, visitando a mis muertos cuando se ponga el sol. La anarquía de la convención, rompiendo la línea argumental hasta convertirla en infinita e intermitente.

Hoy me entrego a la anarquía de la experiencia, olvidando el escondite en el que aguarda hambrienta mi memoria traumática. La anarquía de la amistad, confesando mis entrañas a quien me quiera escuchar y jurando lealtad a los extraños. La anarquía de lo correcto y lo incorrecto, del bien y del mal, de lo moral e inmoral; a la anarquía del pensamiento trinitario hasta enterrar para siempre el pensamiento dual. Hoy me entrego a la anarquía del teclado ¿¿¡¡”dhjsdhsdh+ññjkad@hañd$adCkdha”¡¡?? La anarquía del movimiento , quebrando con pasos de claqué la repetida senda por la que la inercia me obliga a caminar.

La anarquía de la reflexión, sin tener claro si estoy a favor o en contra de lo que yo misma sugiero. A la anarquía de la vida real , sembrando con semillas de ficción lo que me queda por vivir, lo que me queda por morir. La anarquía del miedo, surcando mis temores con los ojos muy abiertos. La anarquía de la ciudad, observando flores que crecen en los tejados, árboles que sobreviven en bulevares de cemento, pájaros que desconocen que lo son y transeúntes frenéticos con destinos estáticos. La anarquía de la importancia, relativizando incluso la trascendencia de la muerte. Hoy me entrego a la anarquía del monólogo interior, desmenuzando el sonido que ataca mi mente hasta dejarlo atónico e inofensivo. Hoy tengo espíritu ácrata y alma libre. Mañana, paradójicamente (o no) Dios dirá.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Yo también me enamoré.

Se llamaba libertad.

Que a veces significa poder elegir, tener que elegir, ser consciente de tu propia responsabilidad contigo mismo y, lo que asusta más, con los demás.

Pero que hoy es, simplemente, llegar a casa, poner una canción tonta y ponerse a cantar.

Porque no tienes nada mejor que hacer.


lunes, 2 de mayo de 2011

Queen

I'm burning through the sky Yeah!
Two hundred degrees
That's why they call me Mister Fahrenheit
I'm trav'ling at the speed of light
I wanna make a supersonic man out of you..

If you wanna have a good time just give me a call.



Porque todos necesitamos un subidón últimamente.