jueves, 5 de noviembre de 2015

Sangre


-Te desmayarías si vieses las torres de Invernalia.
- ¿Qué es "desmayarse"?
-Cuando una chica ve sangre y pierde el conocimiento.
- ¿Por qué perdería el conocimiento una chica al ver sangre?
-Bueno... No todas las chicas son como tú.

La sangre del guerrero. La sangre del herido. La sangre de los valientes, de los héroes, de los que sacrificaron alma y cuerpo en la guerra. La sangre de los inocentes. Esa sangre que parece territorio exclusivo de los hombres, que debería escandalizar a una dama.

Y mientras tanto, a escondidas, la mujer se encarga de la sangre que no tiene gloria. La suya propia, la de sus hijos, la de los heridos que no tienen nombre y a quienes solo ellas vendarán, la de las enfermedades, la de las suicidas. Una sangre con tanta carga simbólica que es preferible ignorarla, a riesgo de no saber asumirla, controlarla y clasificarla.

Jardin fleuri
Mûres


Pousse


No puedes más que reírte cuando un hombre no cae en la cuenta de que, efectivamente, cualquier mujer ve más sangre en un año de la que, esperemos, verá él en su vida. Y lo peor es que les dejamos creérselo. O les dejábamos. Como tantos territorios vírgenes -a los ojos del canon-, hay que reclamarlo. Pasito a paso, poema a poema.

Necesito el feminismo porque no deben quedar ya territorios exclusivamente masculinos. Porque nunca han existido.


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