martes, 19 de febrero de 2013

Broken.

A veces, estás tan cansado que sabes que, en el momento en el que te sientes, te dormirás. Así que no te sientas.

Pero a veces, estás tan triste que sabes que en el momento en el que frenes un poco, llorarás. Así que no te paras.

Pero es necesario sentarte y dormir. Si no, nuestros neurorreceptores dejan de ser sensibles a la serotonina y a la norepinefrina, lo que nos lleva a una mala función cognitiva. Es decir, a hacer malas decisiones. Y es necesario parar y llorar, porque si no, acumulamos tensiones y malos sentimientos hasta que acabarán explotando y dañando, no sólo a nosotros, sino a todo aquello que nos rodee.

Y cuando nosotros no somos capaces de reconocerlo, la vida te da un toque de atención. Te noquea en el Metro y te deja babeando contra la ventana durante cinco o seis paradas. Te trae sensaciones que habías enterrado tan profundamente que creías eliminadas del sistema. 

Cosicas.

A veces, la vida te da toques tan fuertes, que crea grietas. Y a veces esas grietas se unen y crean una brecha. Y a veces las brechas te parten en dos. Pero todas las grietas se pueden reparar, que lo sepáis. Nadie está roto para siempre.

You're not broken.


Ni siquiera él. Fans de New Girl, sabéis de lo que estoy hablando.

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