sábado, 4 de septiembre de 2010

Surprise, surprise.

Hay veces en la vida en las que alguien te sorprende.

Hay veces que te lo esperas. Porque es difícil pensar que conoces a alguien, sabiendo lo complicado que es el ser humano. Y lo mal que llego a conocer a la gente.

Hay veces que no te lo esperas. Porque, no obstante, sigo cayendo en la arrogancia de pensar que conozco a alguien. Y de repente... ¡Bum! Surprise, surprise. Aunque eso, por otra parte, suele encantarme. Que haya gente que no deja de sorprenderme.

Pero ha habido una vez en la que la sorpresa no ha sido porque yo no conocía, sino porque no sabía que me conocían. Que alguien lea algo y se acuerde de ti, y se moleste en recortar ese algo que ha leído y te lo dé, es más o menos mágico. Que ese algo acierte, y te llegue al corazón, o directo al centro del cerebro, o donde tenga que llegar... Eso es un milagro.

Cierta duendecilla me enseñó a dejarme sorprender, a creer en los ángeles y en los milagros.No lo había conseguido hasta ahora.

Gracias por los milagros así, pequeñitos. Cositas tontas con las que te tropiezas cada día y te hacen sonreír.

Gracias por las sonrisas inesperadas.

Os copiaré un trozo de mi algo. Cuando sepa cuál es la parte más importante ^^

Besos de hielo!

3 comentarios:

  1. Estoy deseando saber qué es ese algo... Es que la duendecilla esa, es un encanto. A mí me sorprende a menudo :)

    ResponderEliminar
  2. Qué intriga. A mí también me han regalado algos maravillosos *_* espero leerlo pronto^^

    ResponderEliminar
  3. Es ver para creer ;)

    Me alegra que te hayan sorprendido, y además con un milagro!!

    ResponderEliminar