sábado, 11 de septiembre de 2010

Silencio.

A veces, no se necesitan palabras.

De hecho, sobran.

Solamente una mirada. Un abrazo. Una caricia. Un beso. La sola presencia.

Querría poder estar allí y dártelo todo.

Pero a veces sólo se pueden dar palabras, aunque el cuerpo te pida silencio.

1 comentario:

  1. La sola presencia.

    Cada día me queda más claro que muchas veces no hay palabras, que no son tan importantes. Y te lo dice la fuitura filóloga...

    ResponderEliminar