viernes, 8 de marzo de 2019

Disfrute

Feliz 8 de marzo, amigas, hermanas, compañeras y aliados.

Y este año lo digo totalmente convencida, feliz.

Feliz porque ser mujer es difícil, es confuso y a veces, hasta peligroso. Porque sean micromachismos o violencia que amenaza nuestra vida, todas vivimos bajo el patriarcado. Y todas y todos lo sufrimos. Porque hay mil y una razones por las que gritar, y millones de mujeres que no pueden hacerlo y necesitan que quienes no estamos silenciadas les demos voz.

Pero trescientos sesenta y cuatro días al año soy combativa, y veo las cosas que no me gustan y protesto hasta que me agoto, y educo al que tengo delante y les enseño lo que tanto tiempo me costó ver a mí. Trescientos sesenta y cuatro días al año, las gafas violetas me sirven para ver la injusticia, la desigualdad, el dolor.

Pero hoy, 8 de marzo, día de la mujer, me elijo a mí. Me celebro a mí.

Porque con ser mujer vienen también muchas cosas buenas, algunas por naturaleza y otras por educación, y hoy quiero poner luz sobre ellas y agradecerlas porque, a pesar de ser consecuencia de un sistema patriarcal que las desprecia, todas estas cosas me encantan.



Me encanta que mi educación sentimental me haya llevado a ser más compasiva, más empática, más sensible a las necesidades de los demás. Porque si todos pudiésemos guiarnos más por la amabilidad y menos por las ansias de ser mejor, más grande, más fuerte y más agresivo que el de al lado, nos iría bastante mejor. A nivel humanidad, digo.

Me encanta pensar que un día podré ser dos en una, podré llevar una vida dentro y que esa experiencia nadie más la va a tener, porque es mía, y a la vez será compartida por la mitad del planeta.

Me encanta poder experimentar con mi ropa, mi peinado, mi maquillaje, y una vez desoídas las voces que me decían que necesitaba todo esto para ser atractiva y por tanto valiosa, poder hacer lo que me dé la gana y seguir viéndome guapa, interesante, linda, divertida. Poder llevar botas militares con falda de vuelo y cambiar de cara solo con un poco de eyeliner y que mi melena me deje ser una persona nueva solo con recogerla. La ropa que les obligan a llevar a ellos es, francamente, aburrida. Apuntaos a los vestidos, chicos.

Me encanta poder apreciar la belleza y la sensualidad de hombres y mujeres y que mis amigas también lo hagan, sea cual sea su orientación sexual. Porque hay personas muy atractivas por el mundo y es una pena tener que perdérselo por inseguridad.

Me encanta oler bien, porque el champú y las cremas y los perfumes están hechos con flores y con frutas y con un poco de misterio que no entiendo bien, y nadie espera que me compre cosas que huelen a Action Man Super Power Pro. Chicos, es genial oler a mango y a papaya, deberíais probarlo.

Me gusta ser suave. Me gusta ser linda. No siempre. Pero a veces.

Me gusta tener complicidad con otras chicas cuando cualquier señoro se ve con necesidad de explicarle algo que ya sabe -ah, maravilloso mansplaining-, y esa mirada que compartimos mientras ellos pontifican sobre temas que no conocen lo más mínimo.

Me gusta ver cómo las niñas, especialmente mis niñas, se descubren y se asombran del mundo en el que vivieron sus madres, y cómo quieren cambiarlo de la manera más natural posible: existiendo.

Me gusta que mi sobrina me llame porque quiere que nos veamos en la manifestación esta tarde. Me gusta la sororidad y la comunidad que surgió de que fuésemos el otro. Las otras. Porque ahora no podrán pararnos.

El patriarcado nos ha otorgado muchas cualidades que nadie le ha pedido, y nos las impuso como obligación. Pero, sin que nadie sienta que debe encajar en los rígidos límites que, nos han dicho, significa ser mujer...

Qué bonito es ser mujer.

Lo seas como lo seas. Lo sientas como lo sientas. Feliz, feliz, feliz día.

PD: todo lo anterior son, de hecho, estereotipos que encorsetan a la mujer y al hombre, dividen a las personas en géneros binarios irreales y perpetúan una serie de comportamientos que son dañinos para todas y todos. Click en los links para más información. Pero, como he dicho, hoy quiero ser feliz y celebrar que, a pesar de todo, me encanta ser mujer. A veces, incluso, de una forma tradicional y heteronormativa. La vida, que es muy contradictoria.

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