miércoles, 16 de septiembre de 2015

Ricki

El miércoles pasado fui al cine. Esperaba una comedia ligera, con toques de musical y la interpretación siempre magistral de Meryl Streep, y todo eso lo tuve. Pero además, me encontré con una película que detrás de la comedia esconde una dinámica de personajes muy interesante, un arco de evolución de la protagonista fantástico y, sobre todo, una crítica no-tan-sutil a nuestro querido patriarcado.

Ricki and the Flash es la historia de una madre de tres hijos que, persiguiendo su sueño de ser cantante, se muda a California y deja atrás a su familia. Años después, el marido de su hija la abandona y Meryl debe volver a Indianápolis. No es un reencuentro lacrimógeno lleno de palabras bonitas y gestos sentimentales: los hijos y el ex-marido de la cantante no le perdonan que les abandonase ni que eligiese su carrera musical por encima de su familia.

-¡Estaba persiguiendo mi sueño!
-Creía que nosotros éramos tu sueño.
- ¿No se puede tener dos sueños?
Tras unos días desastrosos, Ricki vuelve a casa y en su primera actuación hace una reflexión que, por supuesto, no la exime de sus fallos como madre, pero sí hace la pregunta precisa: ¿Por qué a los hombres no se les juzga según los mismos estándares?

Mick Jagger tiene siete hijos con cuatro madres diferentes. Por supuesto, él no crió a todos esos niños. Era una estrella de rock. Y más importante, no era una madre. Veréis, a papá se le permite cualquier cosa. Arriesgarse. Drogarse. Irse. ¿Qué importa el daño que hagas a otra gente? No importa, si sigue sacando canciones cojonudas, ¿verdad?



Si sigue sacando canciones, si sigue escribiendo, si sigue teniendo éxito en lo que hace. Nadie dice que una mujer no puede tener éxito en su trabajo, pero solo si es capaz de hacerlo mientras cría a sus hijos, hace la compra, limpia la casa y, a ser posible, mantiene su cuerpo y mente en perfecto estado.

No creo que se pueda perdonar a una mujer que decide traer niños al mundo y después abandonarlos. Por el motivo que sea. Pero, entonces, ¿por qué sí podemos perdonar a un hombre que hace exactamente lo mismo? ¿Por qué adoramos a los Mick Jagger y despreciamos a las Ricki Rendazzo?


1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo en todo.
    Cuando fui al cine me esperaba lo mismo; una película amena y divertida en la que, además, trabajaba la gandísima Meryl Streep acompañada por su hija Mamie Gummer (a la que conozco de AHS y porque es muy amiga de Lily Rabe). Vamos, que yo fui al cine a fangirlear haciendo ruidos de ballena moribunda. Y sí, gracias a todo eso, a las trencitas que llevaba Ricki, a las canciones como la de Tom Petty, o que mencionasen a Fleetwood Mac lo hice. Pero me ganó aún más cuando empezaron a aparecer todos estos temas y cuando después de que terminase pudiese compartir una interesante charla con mi madre sobre el patriarcado.
    Además, durante toda la película no dejaba de acordarme de una entrevista de Stevie Nicks en la que decía exactamente lo mismo. A ella le hubiese encantado ser madre pero nunca tuvo oportunidad porque siempre tuvo que elegir entre la familia o su sueño mientras que sus compañeros, hombres, del grupo nunca tuvieron ese problema. Ahora ellos tienen una familia que los espera a la vuelta de cada gira y se sienten orgullosos de ellos mientras que ella tiene que regresar a una casa vacía. Y no le parecía justo.
    En su momento aquella entrevista me conmovió muchísimo y me atrevo a decir que esta película ha conseguido casi llegar al mismo nivel. Así que se va de cabeza a mi lista de mis favoritas.
    Y ya sé que soy pesada y que te estoy contando aquí la biblia pero es que eres de las pocas que también la ha visto y necesitaba comentarlo con alguien.

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