lunes, 12 de septiembre de 2011

Me llamo Mermelada.

no tengo solución, no valgo para nada...


A veces viene bien una sesión de risa. De esa incontrolable, que te sale de los pies. Que deje secuelas. Una sonrisa para toda la tarde. Y una cita "de las de verdad". Aunque, al fin y al cabo, nos vamos a quedar al otro lado de la gente normal...

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