domingo, 6 de febrero de 2011

Buenos días, princesa.

—Ah... me olvidaba decirte que...
—Dilo.
—... Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
—¿A decir qué?
—Que quiero hacer el amor contigo. No una vez sólo, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca. Sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.

Despertarse así no tiene precio.

1 comentario:

  1. La última vez que vi esa película fue en tu comunidad autónoma, bebiendo vino. Lloré mucho mucho. Siempre que la veo lloro porque nunca podré ser como Guido.

    ResponderEliminar