Los segundos, minutos u horas que dura un beso, esos no sé cuánto duran. No enciendo el reloj en esos momentos.
Los instantes en los que esperas que pase algo, algo en concreto, duran tres trillones más que el resto.
Los veinte minutos del recreo no existen, son los padres.
En cambio, los cincuenta minutos de divagación del de filosofía existen. Vaya que si existen...
Los segundos en los que te aguanto la mirada... Esos son eternos, ya lo sabes. Aunque te sepan a poco.
Los "momentitos" que me paso en ADV y familia se alargan, se reproducen, se multiplican como un Gremlin mojado.
Lo que tardo en ir de mi estación a tu estación, que son dos paradas de Metro... Joder, recorro media ciudad en ese maldito vagón.
Lo que tardo en leerme un poema de Machado y emocionarme hasta el límite se podría denominar velocidad de la luz.
Lo que tardo en entenderme conmigo misma... Eso es como el padre de Dani Rovira, que de ir tan despacio, corre pa'trás.
El tiempo es relativo. Y no hay que ser un genio para entenderlo.
Besos de hielo!