Y me perdí en un bosque de silencio y de no saber, de querer y no poder, y de poder también.
Y me perdí en un mar de recuerdos, que me ahogo, que no floto, que no me acuerdo de cómo nadar. Y me rescatas, y entonces me convierto en gota que salta alegre sobre las olas.
Y me perdí en una bruma de olvidarte, de olvidarme, de olvidarnos a los dos y no conseguir romper el hilo que nos unía. Porque, aún así, me acordaba.
Y dejé que me hablasen al oído. Que me susurrasen que me querían igual, que renegaba de él, que lo dejaba, que renunciaba y le tiraba la toalla a la cara. Que le negaba y, aún así, no se olvidaba de mí. Que estaba allí conmigo, que no me dejaría caer.
Y me volví a perder en tus ojos y en tu risa, en tus manos, en tu voz pintando graffitis en el cielo. En el recuerdo de mil noches interminables, de días igualmente largos, de sueños y esperanzas formando un mosaico. Y cada día una tesela, que forma un caminito de baldosas amarillas hacia Neverland...
Y me perdí en mi camino hacia Wonderland, porque se alejó demasiado el Conejo de la Suerte (ha salido esta mañana, a la hora de dormir... Chimpún, ¡ya está aquí!) y me comí la galleta para hacerme más pequeña, tan tan tan pequeña...
Me he perdido en el monte este fin de semana. Y entre hielo y cristal, entre lija y terciopelo y risas, muchas risas, os he descubierto de nuevo. Gracias. A los que estábais, y a los que no.
Besos de hielo!
Y me perdí en un mar de recuerdos, que me ahogo, que no floto, que no me acuerdo de cómo nadar. Y me rescatas, y entonces me convierto en gota que salta alegre sobre las olas.
Y me perdí en una bruma de olvidarte, de olvidarme, de olvidarnos a los dos y no conseguir romper el hilo que nos unía. Porque, aún así, me acordaba.
Y dejé que me hablasen al oído. Que me susurrasen que me querían igual, que renegaba de él, que lo dejaba, que renunciaba y le tiraba la toalla a la cara. Que le negaba y, aún así, no se olvidaba de mí. Que estaba allí conmigo, que no me dejaría caer.
Y me volví a perder en tus ojos y en tu risa, en tus manos, en tu voz pintando graffitis en el cielo. En el recuerdo de mil noches interminables, de días igualmente largos, de sueños y esperanzas formando un mosaico. Y cada día una tesela, que forma un caminito de baldosas amarillas hacia Neverland...
Y me perdí en mi camino hacia Wonderland, porque se alejó demasiado el Conejo de la Suerte (ha salido esta mañana, a la hora de dormir... Chimpún, ¡ya está aquí!) y me comí la galleta para hacerme más pequeña, tan tan tan pequeña...
Me he perdido en el monte este fin de semana. Y entre hielo y cristal, entre lija y terciopelo y risas, muchas risas, os he descubierto de nuevo. Gracias. A los que estábais, y a los que no.
Besos de hielo!
Si quieres, peudo dejarte la brújula que robó tu papi johny del rodaje de piratas del caribe, funciona siempre... a menos que no desees perderte :P. Xa-LFDM
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