"Me gustó más el libro que la película" es una firmación absurda y, además, tristemente asociada a ratones de biblioteca y otros culturetas. No puedes comparar un libro con una película, aunque una sea adaptación del otro, porque son medios narrativos completamente distintos. La forma de llegar al receptor, el objetivo, el medio e incluso el mensaje no son los mismos; no es, de ninguna manera, comparable.
Partiendo de ahí, la verdad es que, en el 95% de los casos, es cierto: el libro es mejor que la película. Pero no porque los libros sean mejores que las películas, así, como absoluto. El libro es mejor que la película porque es el medio a través del cual debía contarse esa historia.
Cualquier escritor que aspire a ser decente (que luego lo sea lo decidirán los lectores) saben que hay historias que solo pueden ser contadas en primera persona; otras, por el contrario, solo funcionan en tercera, o en forma epistolar, o quitando todos los signos de puntuación de un capítulo. Y otras historias no son para nada una novela. Y entonces, lo lógico es escribir un cuento, un poema, un cómic o un guión. De ahí salen las grandes películas y las grandes series: de aquellas historias que estaban destinadas a serlo.
Y no me entendáis mal, entiendo por qué se hacen adaptaciones cinematográficas de novelas exitosas -se alcanza un público más amplio, se gana más dinero...- y de hecho, veo casi todas. Algunas hasta me gustan. Pero en el 95% de las veces -reservo ese 5% a las honrosas excepciones- adaptar un libro a una novela no funciona. (Viceversa tampoco, ¿eh? En ninguna de las direcciones).
Es lo que me ha pasado hoy con The fault in Our Stars. Y eso que es una adaptación excelente, ojo, una de las mejores que he visto, muy respetuosa con el argumento, los personajes e incluso la fina prosa de Mr. Green. Pero sufre del gran pecado de este tipo de películas: no captura la verdadera esencia del libro. Sales del cine con una panzada de llorar por la trágica historia de amor de Hazel y Augustus, pero sin ninguna de las reflexiones, capitales para la importancia del libro, que suscita la lectura. Y The Fault in Our Stars es una historia de amor, una muy buena historia de amor de hecho, y no voy a fingir que no porque sería injusto para la novela, pero en mi humilde opinión, es mucho más que eso. Para saber qué más es, no seais vagos, leed el libro. Lo recomiendo. A la edad que sea, aunque claro, cuanto más adolescente, más drama y más jugo se le saca. Supongo.
Pero el caso es que la historia de The Fault in Our Stars no estaba hecha para ser contada con imágenes. Para nada. Y por eso, tristemente y asumiendo mi papel de cultureta, debo decir que me gustó más el libro.
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