Definir el amor es una cosa muy absurda. Ponerle límites, ponerle barreras y etiquetas. Siempre me he negado. Y es que el amor puede ser llegar a casa después de un viaje muy largo, puede ser mirarse y saber lo que está pensando el otro; puede ser hacer un bizcocho improvisado, puede ser una conversación a las seis de la mañana. Puede ser una canción, un poema o un libro, o ninguna de estas cosas. Puede ser tragarse esa película que le gusta tanto a tus niñas, o contar historias de campamento hasta quedarse sin voz. Puede ser recoger a tu madre a la hora de la siesta.
El amor no tiene definición pero, curiosamente, todos sabemos lo que es. "Yo nunca me he enamorado". Mentira. Todo el mundo se ha enamorado de una historia, de un paisaje, de un atardecer. Todo el mundo tiene su canción. No es necesario casarse para enamorarse. Solo saberlo.
La piel y el aliento que yo quería por las mañanas...
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