viernes, 16 de octubre de 2015

Disyuntiva

Llevo demasiado tiempo haciendo malabares con bolas de fuego y, en realidad, es una decisión horriblemente sencilla.

Porque no quiero acostarme encaramada al borde del colchón para evitar rozar una piel que encierra lo que ya no amo. Antes quiero una cama vacía y sábanas frías donde estirarme sin miedo.

Mejor la casa sin ruido que las ganas de morir.

Te doy los aniversarios, las conversaciones a oscuras, los tatuajes sin tinta y las medias noches a cambio de salir. De beber. Del rollo de nunca, que es mejor que el de siempre.

Elijo una carcajada sola antes que mil lágrimas por ti. Prefiero la masturbación a una mirada prohibida.

Sin dudar te escojo los libros que rompen, las catedrales recién amanecidas y una palabra que te parta el alma antes que los futuros por inventar y las mentiras bonitas.

Te cambio este cielo abierto por cualquier escalera y al fin y al cabo, pudiendo cantar con mi propia guitarra, ¿quién querría seis meses de silencio?

Te dejo el circo, los malabares, los y si, quizá, tal vez, si tan solo, y me voy muy lejos, muy alta, muy libre. Porque entre vivir a medias y vivir sin ti, me elijo a mí.


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