Bolivia es el país donde "todo es posible, pero nada es seguro".
Esto significa que en los últimos tres días he ido y no ido de Cochabamba al Alto y viceversa tres o cuatro veces. El viaje de Schrödinger, se podría llamar este fin de semana. Porque si las flotas no salen porque hay nieve en la cumbre, o pierdes el avión gracias a una trancadera de una hora, sólo puedes encojerte de hombros y pensar "Ni modo".
Pero también significa que en cualquier parte, de cualquier forma, puedes conocer a personas extraordinarias. O puedes viajar a la selva en cuatro horas. O estar un día a 300m sobre el nivel del mar y a 4000m al siguiente. O revivir cosas que ni siquiera viviste.
Se echan de menos las seguridades de España, no os mentiré. Quedar a una hora y aparecer, tener billetes de avión y viajar cuando estaba previsto, poder planificar cosas con más de media hora de antelación... Será que soy muy rígida. Será mi inexistente ascendencia británica. O que no llevo suficiente tiempo aquí.
Pero también es muy de agradecer que en cualquier esquina te esté esperando el misterio. Que nada sea imposible. Porque eso, queridos horarios, no existe en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario