martes, 30 de julio de 2013

Camino

La vida me ha demostrado una y otra vez que es la mejor metáfora que existe de un camino.

¿O era al revés?

No importa. Uno por otra, es lo mismo.

Porque al principio, no se ve la meta; y podemos imaginarla o podemos planearla, pero el caso es que es incierta. Y que cuesta llegar. Vaya que si cuesta. Más aún, si le añadimos el sol, la sed, la altura...



No hay caminos fáciles (si no contamos las caídas... Aunque ahí realmente, no estás andando, ¿no?).

Pero por cansado que estés


Y aunque a veces ni siquiera te llegue el aire


La cima de la montaña siempre tiene su recompensa.



 Y más, cuando se anda en buena compañía.


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