No des nada por supuesto. No asumas que hay cosas que te van a ser dadas sin esfuerzos, porque es tu derecho. Como mujer o como hombre, como adulto, como ser humano... No lo des por supuesto. Porque, a veces, no es cierto.
No des por supuesto el aire. Por estar situada en una depresión, en la que casi no corre el aire, los gases de motores e incluso el polvo que se levanta de las calles sin asfaltar, Cochabamba es una de las ciudades más contaminadas de América Latina.
No des por supuesto el agua potable. En Cochabamba, todas las casas están provistas de sus botellones de agua, porque la del grifo no se puede beber.
No des por supuesto el agua caliente. En Cochabamba, del grifo sólo sale agua fría. Para ducharte, puedes calentar baldes de agua o, si eres muy afortunado, tendrás un artefacto con una resistencia eléctrica que calentará el agua. Todo depende de la presión del agua y de que, claro, la haya.
No des por supuesto la educación. Aún existiendo colegios públicos, la jornada escolar es tan corta y el transporte tan difícil, que muchos niños de Cochabamba no pueden asistir diariamente a clase, porque sus padres no pueden invertir una hora en llevarles y una hora en ir a recogerles, si van a estar allí sólo tres horas. No compensa.
No des por supuesto ni siquiera a tus padres. Sólo en el Hogar Creamos hay dieciséis niños que, con menos de cinco años, han sido abandonados y muchas veces maltratados, porque sus padres no podían mantenerlos o nunca los habían querido. Y ellos son los que tienen suerte porque, al fin y al cabo, tienen a sus "mamitas" y podrán jugar, ir al cole y crecer siendo niños. Otros niños no serán acogidos en un hogar y se verán obligados a vivir en la calle, trabajar, sufrir desnutrición extrema e incluso engancharse a las drogas a los nueve o diez años.
No des por supuesto todas esas cosas que crees que son tuyas por derecho. Porque, en cualquier momento, en cualquier parte del mundo, a alguien se las pueden estar quitando.
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