miércoles, 25 de febrero de 2015

Una vida de aprendizaje

La gente piensa en la educación como algo que se puede terminar. Y lo que es más, cuando se acaba, es como un rito de iniciación. Has acabado la universidad, ya no eres un niño y por tanto cualquier cosa que te recuerda al colegio, leer libros, tener ideas, hacer preguntas... eso son cosas de niños. Ahora, eres adulto y ya no lo haces. Todo el mundo espera no tener que aprender más y les hacemos sentirse avergonzados de volver a intentarlo. Si tuviésemos un sistema de educación con ordenadores, cualquiera, a cualquier edad, podría aprender por su cuenta y seguir sintiéndose interesados. Si disfrutas aprendiendo, entonces no hay razón para que dejes de hacerlo a una edad determinada.

Me parece que cuando sea el momento de morir, y ese momento nos llegará a todos, encontraremos cierto placer en pensar que hemos utilizado bien nuestras vidas, que hemos aprendido todo lo que hemos podido, reunido del universo todo lo que hemos podido, y lo hemos disfrutado.

Solo tenemos este universo y solo tenemos una vida para tratar de atraparlo, de comprenderlo. Y aunque es inconcebible que nadie pueda entender más que una mínima porción, por lo menos pueden intentarlo. 

Qué tragedia sería simplemente pasar de largo y no llevarte nada.

-Isaac Asimov

 Aquí el cómic completo

Cuando digo que quiero acabar la universidad, me refiero a que quiero dejar de examinarme. Quiero que mi valor deje de ser un número determinado en un examen y empiece a ser todos los factores complejos y cambiantes que percibimos en una persona. Quiero dejar de pelearme en clase con otras quince personas igual de listas que yo por sobresalir delante de un profesor que ni siquiera se sabe mi nombre, y quiero empezar a sobresalir delante de mí. Delante de quienes me importan y a quienes les importo. Quiero hacer cosas importantes, cosas que cambien la pequeña porción de mundo que me ha tocado cambiar.

Cuando digo que quiero acabar la universidad, nunca, por nada del mundo, estoy diciendo que quiero dejar de aprender. Porque el día que deje de tener curiosidad, que ya no quiera saber cómo funcionan las cosas y las personas, el día que prefiera quedarme en casa y escoja lo malo conocido a aventurarme a superar el miedo, ese día dadme por muerta y enterrada. Porque quiero acabar la universidad, pero no quiero acabar nunca de sorprenderme.

1 comentario:

  1. Como siempre, una reflexión acertadísima y con la que comulgo... y maravillosamente escrita :)

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