Hay gente que, sin pretenderlo, te cambia la vida para siempre. Llegan un día, y se abren paso a empujones, y se instalan cómodamente dentro de ti. Grabados dentro de tu corazón. A veces, una sola frase actúa como el fuego (o como el agua, si vienes del Oeste...). Puede que durante años no les hayas prestado atención, y siete palabras después... Bam. Ya no eres la misma. Porque ellos están ahí.
Me gustaría brindar hoy por esa gente. Por esa gente que te quiere aunque seas una bruja verde. Esa gente que te ha visto llorar. Esa gente que te recoge cuando caes, aunque sea una caída desde el cielo. Esa gente que te anima a desafiar la gravedad. Esa gente que cubre tus gallos y tus desafines al precio que sea. Esa gente que siempre tiene un "Estoy aquí para lo que quieras" en la boca. Esa gente que te hace sonreír en la noche más larga de tu vida.
Me gustaría brindar por la gente que no se limita a chocarse contigo, sino que se aferra a ese momento de unión y no te suelta. Esa gente que te enseña de qué va esto de vivir, si es que alguien puede darte semejante lección en once días. Hay gente, os lo aseguro, que lo consigue.
En once días he vivido, sentido, querido, odiado, llorado y reído más que en el resto del año. Me he curado. Me gustaría brindar también por eso.
I'll remember the way that you changed me
Llegar aquí por pura casualidad de la vida (como el choque con esas personas de las que hablas, mira tú por donde) y sentirme completamente identificada. Y sentir que esta pequeña reflexión, esta oda, este brindis se completa al llegar a la frase "Me he curado". Te diría que ojalá nunca lo hubieras necesitado, pero, entonces... ¿para qué están esas personas, sino es para cuando tú te fallas?
ResponderEliminarUn abrazo, y sigue adelante.