Cien palabras para tus vicios. Cien palabras para la perdición, cien palabras como cien pasos camino al olvido. Apenas un suspiro y la muerte, sigilosa, llama a tu puerta.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. No sé si bueno, pero el pecado es rápido, urgente y breve.
Y breve lo he escrito.
Próximamente...
En vacaciones no escribo, leo. Y leo lo que escribes. Tus pecados son breves pero intensos. Hazme caso, se lo que digo. Soy experto en varios de ellos.
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