Querido DosMilDieciséis,
has sido un año muy malo. Tanto, que los Reyes Magos no solo deberían traerte carbón, deberían tirarte al fondo de la mina a que lo buscases tú mismo. Has sido malo con la política, con los músicos, con los actores. Ni a Alan Rickman, ni a la mismísima princesa Leia me los has respetado. Qué vergüenza.
Qué podía esperar, si este año no ha respetado nada. Lo has sacudido todo, has amenazado los principios más básicos de mi existencia y me has dejado temblando en mitad de la nada, en mitad de la noche, sin saber cómo había llegado hasta allí. Lo que no debería haber pasado nunca, lo que nadie se imaginaba, ha pasado. Has estado a punto de llevártelo.
Pero también has sido un año muy bueno. Porque no lo has hecho. Sigue aquí, dando más guerra que nunca. Y hay que dar gracias por cada batalla, sobre todo las ganadas. Este año hemos sido testigos de un milagro. Ese 0,1% que nunca soy yo, esta vez lo ha sido. Gracias.
Has sido un año muy malo, porque ese milagro que me has regalado se lo has quitado a otros. No hace falta nombrarlos, tú sabes quiénes son. Tienen la Espada de Damocles encima. Y nunca podré mirar atrás sin pensar en ellos, en la guerra que este DosMilDieciséis todavía no han ganado. Aunque lo harán, estoy segura. No pueden perder.
Has sido un año muy bueno, porque has desafiado todas las expectativas. He acabado el curso por todo lo alto, aunque no daba un duro por ello. Has levantado el muro que había hacia la mitad, desvelando mil caminos nuevos. He elegido solo uno porque, como siempre, hay que elegir. Pero también doy gracias cada día por elegir Granada. Por elegir la vida.
Has sido un año muy bueno porque al final, lo acabo con todo lo que pedía. Amor, más o menos salud, felicidad. Un libro escrito. Es solo el primero y tengo que debértelo a ti, DosMilDieciséis. No creía que sería capaz de hacerlo, pero ahí está. No pudimos contarlo.
Tengo ganas de que te acabes, DosMilDieciséis. Quiero lanzarme al futuro, quiero olvidar lo que he estado a punto de perder, quiero vivir sabiendo que "no es normal estar vivo". "Lo natural es el asombro".
Y a ti, querido DosMilDiecisiete, bienvenido. Traes muchas perspectivas. Algunas dan mucho miedo. A todas les tengo muchas ganas. Voy a confiar en ti, en que todo lo traes bueno, en que al final saldrá bien porque es como tiene que salir. La experiencia me respalda.
Serás un año de recuperar cosas. Palabras, ciudades, personas. Quizá, hasta un blog.
Pero entro en ti sin expectativas, querido DosMilDiecisiete. Prefiero que me sorprendas.
Podríamos recuperar una charleta en torno a un café?
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