¿Que por qué me vale la pena una hora de ida y una de vuelta a la universidad? ¿Y leerme treinta libros al trimestre? ¿Y los tostones de gramática? ¿Y los profesores que se ponen bohemios al clasificar y se inventan veinte maneras distintas de fastidiarte? ¿Por qué me vale la pena?
Porque, gracias a Dios, siempre habrá poesía. Y, mientras pueda llegar a casa y, con los ojos cerrados, tender la mano y que aterrice en una maravilla como esta, todo lo demás habrá valido la pena.
No digáis que agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
Habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
Palpiten encendidas;
Mientras el sol las desgarradas nubes
De fuego y oro vista;
Mientras el aire en su regazo lleve
Perfumes y armonías,
Mientras haya en el mundo primavera,
¡Habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
Las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
Que al cálculo resista;
Mientras la humanidad siempre avanzando
No sepa a dó camina;
Mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!
Mientras sintamos que se alegra el alma
Sin que los labios rían;
Mientras se llora sin que el llanto acuda
A nublar la pupila;
Mientras el corazón y la cabeza
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
Al labio que suspira;
Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!
Feliz día de la poesía a todos.
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