Hoy, me he dado cuenta de que, a pesar de ser escritora (o querer serlo. O tener la potencia para serlo. O vaya Dios a saber lo que me pasa a mí con la escritura..), no me bastan las palabras. Necesito actos. No me basta la voz, necesito el cuerpo. Y es que, como dijo alguien sabio (es que en la antigüedad había más que ahora. Aunque igual es porque había menos gente), Verba volant, scripta manent.
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