sábado, 24 de septiembre de 2011

Piacere.

La busqué entre letras de libros, de poemas, de canciones. De amor, desesperadas, escritas en los muros del barrio y del alma. La busqué en mi idioma y en todos los demás, en los que sonaban duros, en los que los insultos sonaban a palabras de amor, en los que ya sólo el saludo lo lleva a ser EL idioma (Ciao, mi chiamo Lorenzo. Piacere...).

La busqué en películas, en cortos, en escenas. En la fotografía más exquisita, en el argumento más sorprendente, en los guiones más exquisitos que ha escrito el hombre (BuongiornoprincipessaStanotte t'ho sognata tutta la notte...). La busqué en salas de conciertos y de exposiciones, en todas las obras que alguna vez se consideraron de arte. La busqué en el teatro, en retorcer mi cuerpo alrededor de un libreto y adaptar mi careta a la de otro personaje, quizá, más interesante.

La busqué en todos los países, con la imaginación, con instinto, con ganas de ir y conocerlos y decir Por fin...

Dediqué un segundo, lo que dura una vida, a buscar la felicidad. Felicitá...

Para encontrarla en el dolce far niente. En meterme en tu cama a calentarte las sábanas.

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