Todos esperamos, en contra de toda lógica, encontrar un destino en cualquier rostro.
Todos esperamos, de una manera irracional y completamente absurda, encontrarlo.
¿El qué?
El destino. El sentido de la vida. La felicidad. El qué sé yo que le dé sentido a todo esto. ¿A qué me refiero con "todo esto"? Y yo qué sé. Todavía estoy esperándolo.
Hoy me he dado cuenta de que temo que, esperándolo, se me olvide salir a buscarlo.
¿A buscar el qué?
No lo sé. Repito que todavía no lo he encontrado.
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