A veces, ella se cansaba de ser ella misma. Se hartaba de pensar, de actuar, de hablar, de sentir… A veces, ella se cansaba hasta de respirar. Esas veces en las que vivir la dejaba exhausta, deseaba ser una buena actriz. Quería, en estas ocasiones, coger otra piel y otro nombre para ocultar los suyos; dejar de lado esos principios a los que se aferraba como si fuesen lo único seguro en un mar tormentoso; lanzar lejos todos los recuerdos, los amigos, las heridas que le hacían... Cuando ella se cansaba de ser ella misma, deseaba ser otra.
Un personaje.
Sí, pero los personajes pierden enseguida su docilidad, y se empeñan en tener personalidad propia, hasta que se van totalmente de las manos. Lo bueno es que, a pesar d eso, sirven como evasión.
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